La seguridad del suministro energético así como el cumplimiento de los compromisos en el año 2020 y posteriores, relativos a la reducción de emisiones, incremento de la eficiencia energética y la introducción de renovables en todos los sectores de la energía, se han convertido en prioridades a nivel europeo. Esto ha llevado a Europa, EE.UU., Japón o India a promover todas aquellas acciones y tecnologías que permitan alcanzar los objetivos propuestos. Es por ello que en los últimos años se están desarrollando numerosas actividades y proyectos relacionados con los sistemas de almacenamiento de energía, especialmente asociados a la integración de energías renovables y al despliegue de las redes inteligentes.
Los sistemas de almacenamiento de energía son muy versátiles, con diversas funcionalidades, y pueden proporcionar numerosos servicios energéticos como consecuencia del gran número de tecnologías diferentes disponibles y en desarrollo.
El auge del almacenamiento de energía, en particular el del almacenamiento eléctrico, se debe en gran parte al desarrollo de las energías renovables y la generación distribuida. El desarrollo de sistemas de generación principalmente renovable cerca de los núcleos de consumo, pequeñas comunidades, zonas rurales, residenciales, etc. está favoreciendo la opción del almacenamiento como una manera de asegurar el correcto funcionamiento de estas redes locales mediante una óptima gestión de la energía. En las redes inteligentes el almacenamiento de energía juega un importante papel en la gestión de los recursos, ajustando generación y consumo, actuando como back up, reduciendo el consumo de combustibles fósiles en zonas con sistemas basados en generadores diesel, etc.
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