Las Organizaciones No Lucrativas, en la búsqueda de nuevas formas de gestión que maximicen los recursos sin perder sus valores.
Ganar en eficiencia ha sido una obsesión en la empresa privada en los últimos años. La crisis obliga a sacar el máximo partido de los recursos disponibles para poder seguir obteniendo beneficios. Pero las Organizaciones No Lucrativas (ONL), que componen el llamado tercer sector de la economía, también están variando sus estrategias, sin modificar los pilares que sustentan su cultura organizativa.
De ello debatieron directivos de algunas de las principales ONL del país, en una jornada organizada la semana pasada. Por los valores que estas entidades reúnen, introducir cambios en sus dinámicas puede resultar problemático.
En ese proceso está Médicos del Mundo. Su coordinadora general en España apuntó dos cambios principales:“Nuestra entidad se organiza en muchos grupos y lo que intentamos es convertirlos en equipos de trabajo. No es un cambio de nombre, sino también de dinámicas de trabajo y de relación entre las personas”. Ahora, mezclan en un mismo equipo a directivos y trabajadores, “alineándolos hacia un objetivo común”. El otro cambio tiene que ver con un “estilo de liderazgo diferente”, empoderando a socios y voluntarios para la consecución de resultados, algo que también requiere de un mayor esfuerzo de comunicación interna.
Porque la cultura organizativa, incluso en entidades de valores arraigados, no tienen por qué ser estáticas. Así lo subrayó el director de planificación de Greenpeace España. “Las culturas organizacionales son dinámicas. Somos una asociación de acción, y todo ese compromiso, si no somos capaces de controlarlos, nos hará ser menos eficaces y eficientes”. En Greenpeace han unificado criterios y han establecido un plan de objetivos estratégicos a tres años. “En estos procesos, es clave definir quién va a participar, qué opiniones se van a tener en cuenta, quién las va a sintetizar y quién va a decidir”.
FUENTE: CINCO DÍAS
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