La Comisión Europea apuesta por la eficiencia energética para incentivar la economía

En Bruselas buscan nuevos planes que ayuden a apuntalar la economía de la Eurozona. La última apuesta, en el marco de la gran reforma del mercado energético que la Comisión Europea presentará el 30 de noviembre, aboga por aprovechar la transición hacia energías limpias y la eficiencia energética como catalizador de crecimiento y empleo. En el núcleo del plan, el potencial de sectores como el de los edificios y un nuevo modelo de financiación más atractivo para atraer inversiones.
Este plan incluirá ocho propuestas que actualizarán, además de la norma sobre eficiencia energética y la eficiencia en edificios, la de energías renovables para que los consumidores puedan producir su propia energía y venderla en la red, la regulación del mercado de la electricidad para lograr más transparencia de precios, los mecanismos de pago por capacidad para evitar distorsiones y las reglas sobre gobernanza que exigirán planes nacionales sobre clima y energía.
La UE pactó hace dos años aumentar la eficiencia un 27% para el año 2030, con la ambición de llegar al 30% -los grupos ecologistas y el sector exigen un 40% vinculante- en 2020. Pero según las últimas estimaciones, si no hay un empujón, solo se alcanzará el 23,9%.
Para alcanzar esas cifras, desde Bruselas se pretende aprovechar el potencial que ofrece la renovación de edificios, que representan el 40% del consumo energético. El nuevo modelo, según fuentes europeas, propone premiar a los Estados miembros que canalicen parte de sus fondos estructurales a través de plataformas nacionales gestionadas con el Banco Europeo de Inversiones para financiar proyectos de eficiencia en edificios públicos –desde hospitales hasta escuelas, universidades o viviendas sociales- y revitalizar así la economía y el empleo local. El incentivo, un tratamiento fiscal beneficioso y la posibilidad de concentrar mejor los distintos fondos disponibles.
La asociación de consumidores europeos (BEUC) coincide en que parte del ahorro energético pasa precisamente por renovar y aislar mejor los edificios. “Por cada punto de eficiencia ganada se reducen las importaciones de gas un 2,6% y 7 millones de personas escapan a la pobreza energética”, sostienen sobre un problema que afecta al 11% de los europeos.
FUENTE: EL PERIÓDICO

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