Donald J. Trump ganó, el pasado 9 de Noviembre, las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, pero, ¿cuáles son los planes energéticos del nuevo presidente norteamericano?
Para empezar, Trump prometió durante su campaña electoral, una ''revolución energética mediante la racionalización de la regulación ambiental, facilitando los permisos para infraestructuras''.
Esta 'revolución', que ''traerá una gran nueva riqueza para el país'', según declaró él mismo, se basará en la propia energía y mano de obra del país.
Trump pretende dar luz verde a la explotación de todas las fuentes energéticas, levantando las restricciones a los combustibles fósiles, sobre todo, al carbón, renovando la solicitud de permiso del oleoducto Keystone (Canadá-Golfo de México), vetado por el anterior presidente, Barack Obama, fomentando así, la producción de petróleo y gas natural. Los expertos del sector, sin embargo, ven incompatible jugar al mismo tiempo a favor del carbón y del gas natural.
Además, el republicano pretende desvincular a Estados Unidos del Acuerdo de Paris, que tuvo lugar el año pasado, para hacer frente al cambio climático por solitario y argumenta que este pacto climático global costaría a la economía estadounidense varios billones de dólares y la situaría en desventaja.
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